jueves, 9 de agosto de 2012

LA EXPRESIÓN LITERARIA

 El observar y el vivir constituyen decisiones situacionales que definen maneras de entender la realidad, a la hora de escribir. La angustia existencial, la profunda humanidad, inquietud por cuestiones desconocidas; son los factores que en muchas ocasiones rodean a un ensayo, una novela o un poema. Es maravilloso observar ese permanente choque o confrontación de los personajes con fuerzas inexplicables, cosas o fantasmas, cuya energía puede sentirse en el ambiente. Los alegres o patéticos tonos de confesión, las expresiones más agonistas o más vitalistas, en un tiempo determinado. Y allí la constante marcha de la dificultad y la oscuridad; donde entran los desafíos mentales que implican ignorar al tiempo y al espacio. Es que la literatura sencillamente expresa y tiende la problemática existencial.

  Mas allá de la riqueza estética de las palabras, lo que busco es, ahondar en los alienamientos propios de nuestra sociedad, en la crisis continua del colectivo a nivel moral. Con un tono, en muchas ocasiones arbitrario o cálido, refinado o coloquial, intelectual o salvaje. Además, es sublime escribir a través de los ojos de la ideación y el comportamiento infantil, La niñez es la etapa donde se acumulan los signos e imágenes imborrables para la mente y, de esta forma podemos derribar ese falso concepto de madurez ignorando nuestra más profunda esencia y sensibilidad (que se encuentra allí, en la niñez). Muchos intentan enterrar la imaginación, ofreciéndonos el realismo (la angustia comercial, la tecnología abrumadora o el apego enfermizo al materialismo).

  ¿Pero qué significa realmente la actividad literaria en sus facetas más resaltantes: leer y escribir? Ya lo hemos definido anteriormente, pero lo podemos expresar con otros términos, como pueden ser: examinar, escudriñar, analizar. La expresión literaria en un tiempo pasado vivió en el entierro junto a la fortaleza social, y hoy es un cadáver resucitado que busca recuperar la memoria y el dinamismo intelectual. Descifra con mucha genialidad los comportamientos contradictorios de algunos seres que pretenden o se creen ser poderosos.

  Ejemplos de expresión literaria profunda que trasciende las modas, las épocas y las estructuras son las obras de: Julio Cortázar, Roberto Bolaño, Mario Benedetti, Gabriel García Márquez, Andrés Caicedo, entre otros, maestros de las letras. Sobre todo en Latinoamérica donde energía literaria fluye sin dificultad, a pesar de las dictaduras, de las democracias anti-culturales y los monstruos capitalistas que dominan las instituciones públicas de desarrollo cultural.

  La Literatura Latinoamericana a través de los tiempos ha mantenido un profundo acercamiento con el habla popular.

Emilio Pino Salinas.



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