lunes, 13 de agosto de 2012

DE CASSIUS CLAY A MOHAMED ALI




 Flota como una mariposa, pica como una abeja”

  En este caso, pudiéramos decir perfectamente: que los puños enseñan, los golpes dan grandes lecciones. El Boxeo, no es simplemente un arrebato de rudeza por parte de dos hombres (como tú o como yo) impulsados por la presión de millones de dólares en pelea (esta vez la pelea tiene muchos más sentido, la pelea por la pelea) y el grito eufórico de miles de personas que en su mayoría ignoran el dolor provocado por unos guantes de Box sobre la cara o cualquier parte del cuerpo. El Boxeo, no es simplemente un deporte, es la vida en plena acción, es caerse y levantarse, es el momento en que un gua fiesta (el réferi) cuanta tus minutos como anunciando tu final; es defender la guardia con miedo y firmeza, es tirar un gancho con incertidumbre y confianza. Cada uno de nosotros vive una pelea, contra el campeón más feroz o el novato talentoso, pero al fin y al cabo todos somos boxeadores. ¡Prepárate al ring, suena la campana, comienza otro round!

  Y si de Boxeadores hablamos, debemos referirnos al más grande de todos, Cassiur Clay de nacimiento pero Mohamed Ali de convicción y de raíces. Traslado su sensibilidad por la justicia al Boxeo, el mismo Mohamed recuerda que a los 12 años de edad quería castigar a todo aquel que le robara su bicicleta. Era el peso pesado con los mejores movimientos dentro del ring, frenéticos golpes a la velocidad de la luz, “He sacudido al mundo” anunciaba sin temor al repudio popular, al contrario, fue amado por muchas de esas personas que ignoran el dolor provocado por los guantes de Box, era un ídolo, un héroe. Tal vez Mohamed Ali y Diego Armando Maradona fueron creados en el mismo laboratorio, Atletas inmortales en sus disciplinas, algunas veces hablando un poco de mas, presumiendo su talento hasta la exageración: “Soy el más grande”, “La mano de Dios”; ¿Quién será el Pele de Ali?

  Pero Un día Mohamed Ali, desafío al País que lo vio nacer, su rebeldía rozo fronteras ideológicas, se convirtió en un enemigo para el poder establecido. “No tengo ningún conflicto con el Vietcong” en Abril de 1967 el Hombre convertido al Islam Mohamed Ali (de allí la razón del cambio de su nombre) rechazo incorporarse al ejército de Estados Unidos para combatir en la guerra de Vietnam, es que ya no era Cassius Clay, era Mohamed Ali: el afrodescendiente, el musulmán y el Rebelde. Díaz después de su decisión fue condenado por un gran jurado compuesto sólo por blancos como desertor. El Juez le dio la máxima sentencia de 5 años de prisión y diez mil dólares de multa El Boxeador apelo y mientras esperaba el resultado se le prohibió salir del país, Se le quito el pasaporte y se le prohibió boxear en los Estados Unidos.

  Nunca seria olvidado su nombre, y su ejemplo técnico seguirá en el ring “Flota como una mariposa, pica como una abeja” y esa rebeldía y sensibilidad humana, porque el boxeo es más que un simple deporte, es la vida en plena acción.

¡Prepárate al ring, suena la campana, comienza otro round!

Emilio Pino Salinas.



domingo, 12 de agosto de 2012

Juan Villoro nos dice, Leer para vivir



  El Escritor mexicano Juan Villoro, uno de los más importantes genios de las letras en la actualidad; cuentista, novelista, cronista, periodista y principalmente lector enfermizo, se ha dedicado en gran parte a pregonar las bondades curativas y salvadoras de la lectura. Sus anécdotas e historias a través de una recopilación que publica en su página oficial, que lleva por nombre El Libro y otros Medios de Transporte, (e indudablemente el libro es un veloz medio de transporte que no necesita de gasolina la sustituye por la curiosidad, la pasión y las ganas de descubrir nuevos mundos) nos hacen reflexionar gratamente, una de ellas es Leer para vivir, allí se los dejo:

  “La lectura es como el paracaidismo: en condiciones normales la practican algunos espíritus arriesgados, pero en caso de emergencia le salva la vida a cualquiera.

  El Segundo Encuentro Nacional de la Voz y la Palabra se presta para reflexionar en la lectura, la forma silenciosa y profunda en que una voz se comunica con otra. A pesar de los muchos estímulos culturales de que disponemos, la palabra mantiene una fuerza inquebrantable.

  Hace unos meses, Óscar Tulio Lizcano, víctima de la guerrilla colombiana, rindió un inaudito testimonio de la forma en que los libros preservaron su dignidad. En la clínica de Cali donde se recuperaba de ocho años de privaciones como rehén de las FARC, habló de la selva donde perdió veinte kilos pero no la lucidez. De los 50 a los 58 años vivió agobiado por las enfermedades, la desnutrición, las humillaciones de perder todo sentido de la privacidad. Para conservar la cordura, clavó tres palos en la tierra y decidió que fueran sus alumnos. Lizcano les enseñó política, economía y literatura. Como tantos maestros, se salvó a sí mismo con la prédica que lanzaba a sus perplejos discípulos. Un comandante vio el aula donde los palos tomaban lecciones y decidió pasarle libros. Lizcano leyó a Homero y seguramente admiró la desmesura de Héctor, dispuesto a desafiar al favorito de los dioses. “La poesía me alimentó”, dijo el hombre cuya dieta material era tan ruin que se veía mejorada por un trozo de mono o de oso hormiguero.

  En las cárceles, las dictaduras, el exilio y los hospitales otros lectores han encontrado un consuelo semejante. Aunque el fin de los libros se anuncia con frecuencia, los desastres del mundo refrendan su importancia. “Soy un optimista de la catástrofe”, ha dicho George Steiner a propósito de la vigencia de la letra. Cuando el viento sopla a favor, la gente come espagueti o duerme la siesta. En los momentos de prueba y las horas bajas, busca el auxilio de un libro.

  En Los náufragos de San Blas Adriana Malvido relata la odisea de tres pescadores mexicanos que se extraviaron en el Pacífico durante 289 días. La sed, el hambre, el sol y los tiburones eran sus más evidentes enemigos. Tuvieron que sortear esos peligros, pero también el tedio, la convivencia forzada, las ideas que podían llevarlos a la demencia. ¿Cómo sobreponerse a esos días inertes e idénticos a sí mismos? Uno de los pescadores, Salvador Ordóñez, llevaba una Biblia a la que atribuye su supervivencia: “Esta Biblia me dio confianza en el mar. Me salvó”, dijo a Malvido.


  Otro de los tripulantes, Lucio Rendón, no era afecto a la lectura, pero enfermó y pidió que le leyeran. Cuando los náufragos fueron rescatados, acababan de repasar el Apocalipsis de San Juan.

sábado, 11 de agosto de 2012

PABLO NERUDA, VOZ INSURGENTE DE AMÉRICA LATINA

Juntos, Poesía,

Fuimos

Al combate, a la huelga,

Al desfile, a los puertos,

A la mina,

Y me reí cuando saliste

Con la frente manchada carbón

O coronada de aserrín fragante

De los aserraderos”

Pablo Neruda, Oda a la Poesía. 
 


  Neftalí Ricardo Reyes Basoalto, fue y sigue siendo una de las voces más comprometidas de la Poesía latinoamericana , aunque algunos intenten ignorar ese aspecto, donde se involucraba con las luchas sociales, las revoluciones internacionales, el sufrimiento diario de la clase obrera, en pocas palabras: su Militancia Comunista. 
 

  Neruda es cierto, es el Poeta del AMOR, pero de ese amor que se sacrifica por el bien común abrazando consignas solidarias, de ese Amor digno que no se vende a la estupidez del imperio de la cursilería, de ese Amor apasionado que oprime la esclavitud, de ese Amor sin condiciones, de ese Amor que trasciende y derriba murallas
 

  Neruda es el Poeta Latinoamericano más conocido en todo el mundo, Premio Nobel de Literatura, amigo y defensor de Salvador Allende (el compañero Presidente que defendió las ideas del socialismo hasta el día de su muerte), y principalmente es el Poeta que se sacrifico y convivió con su Pueblo; aquí lo afirma, el 13 de Diciembre de 1971 en el discurso de recepción del Premio Nobel de Literatura: “Comprendí, metido en el escenario de las luchas de América, que mi misión humana no era otra sino agregarme a la extensa fuerza del Pueblo organizando, agregarme con sangre y alma, con pasión y esperanza, porque solo de esa henchida torrentera pueden nacer los cambios necesarios a los escritores y a los Pueblos”. El Poeta sigue cantando las causas urgentes y necesarias, su poesía es una acción transformadora que percibe y acompaña el ideal Bolivariano de independencia e integración, su poesía posee la sustancia directa del tiempo y de la historia. 
 

  Pablo, seguramente hoy es, ese vigilante que se funde en Tierras Malvinas para expulsar invasores ingleses, que acompaña con paso firme las protestas de los estudiantes chilenos. Seguramente visita las minas de Chile para alentar a los compañeros mineros a la lucha por sus derechos, No dudo que recorra las calles de Caracas saludando a los niños y a sus madres mientras recuerda al Padre Bolívar con su despertar de alegría transformadora; Es así, debe ser así, Neruda sigue con nosotros, porque las almas de conciencia sensible nunca mueren. 
 
  Se habla de que El Pablo Neruda, vivió un antes y un después en su poesía. Que solo seria Poeta Político desde 1936, al principio, estudiante en Santiago, era un lírico de precoz brillante, en hábil posmodernismo, estrenado en crepusculario (1920- 1923). Y es cuando estalla la Guerra Civil Española, es donde sale el próximo Neruda, aquel que escribió España en el Corazón. Comprendió que el Poeta no puede concebir lo individual si no es por lo colectivo. Ahora va hacia los necesitados y excluidos, esa es la grandeza de la acción de la dialéctica de los Poetas. Neruda, voz insurgente de América Latina. 
 


  “No hay soledad inexpugnable. Todos los caminos llevan al mismo punto a la comunicación de lo que somos. Y es preciso atravesar la soledad y la aspereza, la incomunicación y el silencio para llegar al recinto mágico en que podemos danzar torpemente o cantar con melancolía; mas en esa danza o en esa canción están consumados los más antiguos ritos de la conciencia: de la conciencia de ser hombres y de creer en un destino común” Pablo Neruda.



Emilio Pino Salinas

jueves, 9 de agosto de 2012

LA EXPRESIÓN LITERARIA

 El observar y el vivir constituyen decisiones situacionales que definen maneras de entender la realidad, a la hora de escribir. La angustia existencial, la profunda humanidad, inquietud por cuestiones desconocidas; son los factores que en muchas ocasiones rodean a un ensayo, una novela o un poema. Es maravilloso observar ese permanente choque o confrontación de los personajes con fuerzas inexplicables, cosas o fantasmas, cuya energía puede sentirse en el ambiente. Los alegres o patéticos tonos de confesión, las expresiones más agonistas o más vitalistas, en un tiempo determinado. Y allí la constante marcha de la dificultad y la oscuridad; donde entran los desafíos mentales que implican ignorar al tiempo y al espacio. Es que la literatura sencillamente expresa y tiende la problemática existencial.

  Mas allá de la riqueza estética de las palabras, lo que busco es, ahondar en los alienamientos propios de nuestra sociedad, en la crisis continua del colectivo a nivel moral. Con un tono, en muchas ocasiones arbitrario o cálido, refinado o coloquial, intelectual o salvaje. Además, es sublime escribir a través de los ojos de la ideación y el comportamiento infantil, La niñez es la etapa donde se acumulan los signos e imágenes imborrables para la mente y, de esta forma podemos derribar ese falso concepto de madurez ignorando nuestra más profunda esencia y sensibilidad (que se encuentra allí, en la niñez). Muchos intentan enterrar la imaginación, ofreciéndonos el realismo (la angustia comercial, la tecnología abrumadora o el apego enfermizo al materialismo).

  ¿Pero qué significa realmente la actividad literaria en sus facetas más resaltantes: leer y escribir? Ya lo hemos definido anteriormente, pero lo podemos expresar con otros términos, como pueden ser: examinar, escudriñar, analizar. La expresión literaria en un tiempo pasado vivió en el entierro junto a la fortaleza social, y hoy es un cadáver resucitado que busca recuperar la memoria y el dinamismo intelectual. Descifra con mucha genialidad los comportamientos contradictorios de algunos seres que pretenden o se creen ser poderosos.

  Ejemplos de expresión literaria profunda que trasciende las modas, las épocas y las estructuras son las obras de: Julio Cortázar, Roberto Bolaño, Mario Benedetti, Gabriel García Márquez, Andrés Caicedo, entre otros, maestros de las letras. Sobre todo en Latinoamérica donde energía literaria fluye sin dificultad, a pesar de las dictaduras, de las democracias anti-culturales y los monstruos capitalistas que dominan las instituciones públicas de desarrollo cultural.

  La Literatura Latinoamericana a través de los tiempos ha mantenido un profundo acercamiento con el habla popular.

Emilio Pino Salinas.