martes, 17 de mayo de 2011

CESAR SECO HOMENAJEANDO AL CHINO

Este poeta mal peinado es aquel que se apellidaba Valera Mora.
Aquel que lo mismo pasaba vuelto un huracán por Sabana Grande

como amanecía de bala allá en Mérida; el mismo que tiene un pie
en el estribo y saluda a todos sus amores desde Roma silbando la
Canción del soldado justo entre su bigote porque las mujeres no
pueden olvidarlo y él tampoco, aunque él sólo les devuelva versos
y el martillo de su risa cuando en la esquina le sale una navaja y su
paraguas no retrocede ante el vació que llega a buscarlo por ese

oscuro callejón por el que suben escaleras, en tanto que su pluma
dispara filosos y apuntados dardos contra los que tienen nombre
propio; equilibrista además para colmo de las fieras y estrafalario
como él solo si la elegancia es un pañuelo asomado discreto en el
bolsillo. Ahora bien, pregunto: ¿En qué anda el poeta después
que ha hecho el amor? ¿Encenderá un cigarrillo después de que la
foto haya sido tomada? ¿Verá diluirse en sus ojos el más claro cielo
del amanecer o se lo fumará de una sola bocanada como ese bello
cuerpo de mujer que no fue dócil ni amable ni sabio? ¿Evitará que
sus amigos de la pandilla Lautreámont lo vean así? Despechado,
pero buenmozo como ninguno de la cuadra.

(a Benito Mieses)

Escrito por Cesar Seco
http://www.amenecidebala.blogspot.com/

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